
Independiente había acordado el monto y la modalidad de pago con el club ruso y además ya tenía arreglado el contrato con el el jugador, pero todo cambió, porque luego que el Rojo cargara los datos de la operación en el TMS (Transfer Matching System) de la FIFA, Krasnodar exigió que el club de Avellaneda se haga cargo del pago del mecanismo de solidaridad, aumentando casi un millón de dólares más, pasando de siete a ocho millones en total. Esto, sin contar el contrato del jugador.
Además surgió otro inconveniente: El mismo futbolista que había arreglado de palabra su contrato, aumentó aún más sus pretensiones económicas. Estas dos cosas sumadas hicieron que Independiente desistiera de su contratación.
